8 mar 2009

Fracciones de Instantes

Se define como tiempo pretérito imperfecto a la conjugación hubiera del verbo haber. Es un tiempo inexistente provocado por la absurda idea de nuestra necesidad de cambiar algún evento, alguna situación, algún instante que modificó significativamente nuestra vida. Ese hubiera que repica en nuestra mente, cuestionante e insistente que simplemente no existe. Sin embargo nos empeñamos en encontrar el preciso punto en el tiempo, en el cual alguna omisión, decisión, palabra o suceso que hubiera sido diferente, podría cambiar nuestra realidad. Una fracción de instante que retuviera una palabra, nos desviara de algún camino, cambiara alguna decisión o nos hubiera orillado a atrevernos...
Es tan complicado como la paradoja del tiempo y aún así nos enfrascamos dándole vueltas a un círculo vicioso sin lograr ir adelante, pretendiendo conseguir una respuesta a: ¿qué hubiera pasado si ...?

Un buen ejemplo a citar es cuando en algunas películas , sin importar cuántas veces las haya visto, llega el momento del hubiera , en el que no puedo evitar el deseo de cambiar la escena, completamente absurdo pero así es.

En "Imperio del Sol" cuando el pequeño Christian Bale me robó el corazón por primera vez, la escena en que corriendo en medio de la multitud se suelta de la mano de su madre para regresar a recoger el pequeño avioncito que cae de sus manos, provocando así el inicio de un cautiverio insoportable incluso para algunos adultos en medio de la segunda guerra mundial, una experiencia solitaria y prácticamente inimaginable para un niño en tales circunstancias.





En "Pide al tiempo que vuelva" (Somewhere in Time), el nefasto momento en que Christopher Reeve, Richard, delante de su amada dama Elise, Jane Seymour, descubre en su bolsillo el único objeto capaz de hacerle regresar al presente instantáneamente en el tiempo, alejándole así de su gran amor.




Ya al final de "Como agua para chocolate" cuando Pedro no puede con tanto amor y después de un al fin perfecto momento de pasión esperado por toda una vida muere ante los ojos de Tita su eterna amante.






O cuando Oscar Schindler -interpretado por Liam Neeson, y cuya actuación le valió una nominación al Oscar en 1994- se da cuenta que las pertenencias con las que aún cuenta podrían haber salvado más vidas.




Cada uno de estos hubieras cinematográficos implican pérdidas, dolor,invariables consecuencias,resistencia, iguales a los hubieras enfrentados en nuestra película personal.

Sin embargo ningún trabajo de edición es capaz de cambiarlos.

Hay conjugaciones inútiles para fines prácticos y reales, el hubiera sólo existe en el mundo de la fantasía en donde puedo escribir miles de hubieras a mi antojo, construir y reconstruir historias. Un verdadero lujo el de la escritura que me ayuda a desfogar la creación de un tiempo inexistente, pero es allí donde he decidido que el hubiera debe permanecer, porque en el mundo real no quiero volver a preguntarme ¿qué hubiera pasado si...?

La pregunta debe ser de ahora en adelante ¿qué hay por hacer? Y la lista es interminable, también los errores cometidos una y otra vez, pero sin más hubieras, al fin habré de aprender.

8 comentarios:

marichuy dijo...

Querida Susana

Tienes tanta razón, perdemos tanto tiempo pensando, dándoles vueltas al "¿qué hubiera pasado si yo hubiera?". Tanto tiempo desperdiciado, mientras los "¿qué puedo hacer?", se nos escapan sin darnos cuenta.

Un beso querida y lo mejor para ti

Mafalda dijo...

...

Hola amigocha.

Si yo hubiera estado bien buenota, que cosas hubiera hecho ¡caray! jejejejeje.

Neta, el hubiera es como con los deseos sin contexto. Esos que luego andamos pidiendo: "Que dos más dos sean diez"

Si mi sueño es triunfar y tengo entraña de trinfador y ganas de luchar para llegar a ese sueño, entonces, los "HUBIERA" desaparecen de a poco.
En el amor y en las experiencias cotidianas, es mejor decir "así fue, así me fue"; que decir: "imagino que así HUBIERA sido, o imagino que así me HUBIERA ido".

Nada que no tenga que ver con experimentar...¿o no?

Un abrazote.
Oye, ¿ya salió a la venta el bebe con su traje nuevo?

Mafalda

Exenio dijo...

En efecto, lo que hay, lo que existe, es eso, lo que forma parte de nuestra historia, lo que ha sido lo que es; no obstante, me parece que no todos los "hubieras" son inútiles. Sin ellos no existiría la crema de avellana, no conoceríamos aquellos otros planos de futil existencia en los cuales, no sólo podríamos recrearnos sino, además, aquellos que nos pueden servir de "espejo" para no caer en sus escenarios.

Trato de entender tu exposición y la comparto; permíteme aderezarla señalando que es mucho mejor no perder tanto tiempo en conocer los "hubieras", sino saber qué es lo que se desea y poner manos a la obra.



P.S.- Esa escena de Schindler que mencionas, no tiene abuela...

Susana S dijo...

Marichuy:

Me prometí no dejar escapar más lo que sí puedo hacer, y está dando resultado.

Te mando un abrazo con cariño querida.

Susana S dijo...

Mafis:

La palabra experimentar me daba miedo antes, pero se me quitó y es cierto que no hay garantía de resultado pero qué bien se siente intentarlo. Por ejemplo la nueva chambrita del bebé, me late que igual se convierte en un super ropón, ;-)
Si todo sigue su curso normal es probable que esté en los nuevos puntos de venta a partir del próximo mes, pero para anunciarlo con toda certeza le diré al bebé que lo publique en su propio blog.

Un beso querida mía

Susana S dijo...

Exenio:

Así es, más vale mano a la obra que otra cosa, aunque no estoy tan segura que la crema de avellana sea resultado de un hubiera, me aventuro a pensar que fue más bien la consecuencia de un experimento de los que señala Mafis, y pues uno nunca sabe el resultado pero, ¿que buena salió la crema no?

Y sí, esa parte de la lista Schindler con esa maravillosa música pues ni como hacerle pa'no llorar.

Un beso ahora sin coraje ;-)

Fernando García Pañeda dijo...

Como bien dices, para los fines literarios es perfecto ese imperfecto. Pero, para nuestras vidas, alejémonos de él. Sólo cuentan el presente y el futuro. El pretérito es un buen maestro, no cabe duda, pero no el dueño de nuestra vida.
Un abrazo perfecto.

Anónimo dijo...

La adorable Susana Silva fue una de las personas a las que mas extrañé durante mi largo descanso... un saludo afectuoso querida.