1 feb 2009

Momentos de verdad

"Cerrar círculos" en las palabras de Paulo Coelho parece una idea absolutamente inevitable para continuar nuestra vida,pensamientos llenos de sentido y verdad que impulsan un fuerte argumento enfocado a una nueva actitud, en medio de un mundo que se transforma constantemente a una velocidad que nos impide tomar un respiro para poder asimilar todos los cambios que estamos enfrentando.
Dice Coelho: "Un proceso de aprender a desprenderse" sin embargo la resistencia al cambio es una condición inherente al ser humano que ha sido educado con hábitos y costumbres, se nos invita a romper con el pasado cuando lo que hemos aprendido nos ha tomado años y nos ha dejado apegos. Y qué decir de las costumbres que nos acompañan desde la infancia, o las herencias de patrones sociales, ¿cómo podemos despojarnos de ellas para cerrar los círculos?
La repetición de una actividad diaria por un periodo mayor a treinta días ayuda a sentar las bases para un nuevo hábito, y si debemos romper con él, ¿cuántos días debemos ejercer su no repetición para dejarlo atrás?, y qué peligroso entonces adquirir nuevos hábitos que pueden formar parte de nuestra vida.
Son tantos los cambios a los que estamos expuestos, la crisis económica mundial nos hace lidiar con un cambio en nuestro estilo de vida, perder el trabajo, perder el status social, aceptar, ajustarse y cambiar.
Una avalancha de divorcios que pareciera un tema generacional, replantea las bases de la familia que se basan en el matrimonio, una crisis en las relaciones humanas de por sí complicadas, perder la pareja, perder la estabilidad emocional, aceptar, ajustarse y cambiar.
Al final lo difícil es saber qué es lo que nos retiene en un espacio del tiempo ubicado en nuestra vida, será el sentido de pertenencia, la pura costumbre o el temor de conquistar nuevos retos por mantenernos asidos a una aparente estabilidad.
Queremos dejar puertas abiertas siempre porque es difícil cerrarlas por completo, aunque tal vez tapiar el hueco de una que se cierra definitivamente será la única posibilidad de abrir otra entrada o salida, a una nueva oportunidad.
Pero es cierto, cargar un equipaje tan pesado no permite viajar más lejos, es mejor tomar lo que viene como es, sin expectativas ni condiciones, sin compromisos, "sin apegos", desprendiéndonos fácilmente de lo que se queda atrás... Pero no será esa falta de compromiso la que provoca rupturas, o esa falta de apego la que genera situaciones en las que hasta la estructura de una organización se debilite por falta de valores morales.


Don´t believe in love - Dido



Sí, hay daños colaterales, efectos secundarios o como cada quien decida llamarles, después de cerrar círculos; ¿será por eso que nos cuesta tanto trabajo hacerlo? Para los escritores, grupo en el que me incluyo humildemente como "artesana de las letras", leí en algún sitio que esa incapacidad de cerrar círculos es la fuente de creatividad que aflora en palabras infinitas cargadas de recuerdos y sentimientos relacionados con el pasado.
O bien tal vez el hecho de no cerrar círculos facilmente atiende a lo que ya dije antes: La condición inherente al ser humano de resistirse al cambio.

Habrá que aprender entonces a crearnos una nueva actitud y mediar la situación porque claro está que es necesario, dejar atrás lo que no nos sirve o hace daño y tal vez viajar más ligero, aceptar los cambios que se presentan ya sea voluntaria o involuntariamente, asumir decisiones e implicaciones y un camino hacia delante, difícil idea la de convertirnos en individuos que logran construir y destruir apegos a voluntad. Aunque al llegar los momentos de verdad que marcan nuestro camino no habrá otra opción.

Walking Away - Craig David & Nek

7 comentarios:

marichuy dijo...

"[...] cargar un equipaje tan pesado no permite viajar más lejos... "

Querida Susana

Y a veces, qué pesado, complicado y hasta doloroso, resulta desprenderse de esas pesadas valijas.

No obstante, para mí lo más difícil, ha sido aprender a cerrar círculos. Cuesta tanto dejar atrás, ya no un estilo de vida o status, sino una forma de pensar y encarar las cosas.

Gracias por hacerme reflexionar

Un beso

PS me encanta Dido

Susana S dijo...

Querida Marichuy:

Gracias a ti por reflexionar a mi lado, cerrar circulos es el aprendizaje más difícil que he tenido que encarar en los últimos años que se han convertido en un punto de quiebre en mi vida. Decirlo es fácil, hacerlo no, nadie nos enseña el cómo, sin embargo tarde o temprano hay que aligerar el equipaje, para dejar que nuestros sueños nos arrastren sin que una ancla nos detenga.

Un beso para ti (falta poco el domingo ya casi terminó ;-)

PD Esta canción de Dido me encantó, te recomiendo oir "Love,love,love" de James Blunt está en la misma línea de intención

Fernando García Pañeda dijo...

Creo que la resistencia al cambio está en nuestra esencia, no es algo que adquiramos a lo largo de la vida según las circunstancias. Siempre se pone como ejemplo el caso de los niños, que cuando algo les gusta lo repiten hasta la saciedad y son verdaderos animalillos de costumbres.
Es cierto que los escritores suelen (¿solemos?) tender a darles vueltas y vueltas a nuestros fantasmas, como se suele decir, lo que viene a ser una fuente de creatividad. Y también que toda escritura, e incluso toda lectura, es un viaje; a veces metafórico, a veces literal, casi siempre al interior de uno mismo. Y es una ayuda para aprender a cambiar, a andar el camino y el futuro.
Un abrazo.

Susana S dijo...

Fernando:
Esos animalillos al crecer se vuelven resistentes y vulnerables al cambio, somos nosotros con las mismas dudas y temores, con más fantasmas y con menos idea de qué hacer, pues de niños el instinto nos guía, pero al crecer es el miedo el que nos paraliza.

Los fantasmas siempre están cerca, aún cerrando los círculos, son los acompañantes a esos viajes hacia el fondo de nosotros, a menudo emprendo viajes para entender cuál es el siguiente paso, aunque no siempre logro saberlo con certeza, pero quizá la búsqueda es el camino en sí.

Saludos amigo querido.

Mafalda dijo...

...

Yo estoy en la búsqueda del camino que me traiga paz.
Los círculos viciosos, creo que se cierran de pronto cuando se llena el interior que lo formó, cuando ya no le cabe nada al centro, y antes de que se rompa la forma, se cierra; he volteado a mirar y sólo miro bolas como pompas de jabón.

Los que escriben recrean, recuerdan, inventan; mezclan realidad con fantasía. Se reconocen dentro de sus letras, pero al mismo tiempo aprenden de sí mismos.

Un saludo amiga.

Mafalda

Exenio dijo...

Lo malo de aprender a "desprenderse de" y "cerrar círculos" es cuando te acostumbras a ello... creo que a eso se le llama añorar...

Susana S dijo...

Mafalda:

Es cierto que a veces sólo parecen burbujas que flotan llenas de aire y eventualmente revientan salpicándonos un poco de la misma materia, creo que aunque las cerremos y dejemos ir, algo se queda siempre con nosotros de ellas.

Exenio:

A esos pedacitos de apegos sobrantes, les llamaría nostalgia y añoranza, realmente no sé si algún día se acostumbra uno a desprenderse, sé que es necesario pero de allí a acostumbrarse ... eso sí esta difícil

Un abrazo y beso para los dos